La poca atención que le solemos dar a nuestros labios hace que estos estén más expuestos y sin protección a los agentes ambientales, en contraste con la tendencia cada vez más acusada a cuidar de la piel de la cara y el cuerpo.
Los labios poseen una estructura anatómica distinta y por ello requieren de cuidados muy diferentes. El limbo labial o parte roja de ellos representa la zona de transición entre la piel y la mucosa bucal. La piel del limbo posee una capa córnea delgada la capa germinativa tiene poca melanina, no pueden sintetizar pigmento y no pueden protegerse aumentando el grosor de la capa córnea (callosidad) por lo que resultan muy sensibles a los rayos ultravioleta.
El limbo labial carece de glándulas sebáceas y su superficie prácticamente no contiene grasa, lo que hace que sea más propensa a la desecación. Los labios tampoco poseen glándulas sudoríparas y su fuente de humedad principal es la saliva.
Evita por lo tanto humedecerte los labios con la lengua, ya que se secan, se pueden agrietar y los materiales extrañas los atraviesan con facilidad.
El aseo cosmético persigue en este caso:
Según nuestra raza la cantidad de melanina en los labios puede variar. En la raza negra la cantidad de melanina es superior, por lo que los cosméticos destinados a embellecer nuestros labios carnosos y naturalmente sexys deben incorporar en su composición pigmentos que encajen con la cantidad de melanina presente.
Tengamos los labios finos o gruesos, seductores, ardientes, cereza, de fuego o salvajes, Seguro que todas le pedimos lo mismo:
La forma de tus labios ofrece mucha información a cerca de tu personalidad, de tu forma de ser.
Puedes quedarte con nosotros descubrirlo en un próximo post.
Fuentes: cosmética para farmacéuticos
- Que tenga una forma adecuada.
- Que no sean demasiado blandos.
- Que tengan una fricción suave.
- Que no produzcan un brillo excesivo.
- Que tengan una adherencia duradera.
- Y que tengan un olor y sabor agradables.
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Fuentes: cosmética para farmacéuticos
Joana Bocobo Sebbe.
Farmacéutica.
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