viernes, 17 de mayo de 2013

6 mitos sobre el estrés

Una buena gestión del estrés nos puede ayudar a superar el día a día de forma satisfactoria
El estrés un mal de nuestros días
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

A día de hoy podemos llegar a asociar el estrés con una patología Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud. Es una patología emergente en el área laboral, que tiene una especial incidencia en el sector servicios, siendo el riesgo mayor en las tareas en puestos jerárquicos que requieren mayor exigencia y dedicación.

Hay seis mitos en torno al estrés. Conocerlos nos permite entender nuestros problemas y luego tomar acciones para contrarrestarlos. Analicemos estos mitos:

Mito 1: El estrés es igual para todos.

Totalmente equivocado. El estrés es diferente para cada uno de nosotros. Lo que es estresante para una persona puede o no ser estresante para otra; cada uno de nosotros responde al estrés en forma totalmente diferente.

Mito 2. El estrés es siempre malo para el organismo.

Según este punto de vista, la ausencia de estrés nos hace sentir felices y sanos; pero este concepto es equívoco. El estrés es para la condición humana lo que la tensión es para la cuerda del violín: muy poca tensión y el sonido es apagado y desafinado; demasiada tensión y el sonido es estridente o la cuerda se rompe. El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo. El estrés bien manejado nos hace sentir productivos y felices; el estrés mal manejado nos perjudica e incluso puede matar.
Un exceso de estrés nos puede condicionar y alterar nuestra vida. Es importante saber gestionarlo.
El estrés puede condicionar nuestra vida
Mito 3. El estrés está en todas partes, y por lo tanto no tiene solución.

No es tan así. Podemos planificar nuestra vida de modo que el estrés no nos invada. La planificación eficaz implica establecer prioridades y trabajar primero en los problemas sencillos, resolverlos y luego continuar el proceso con dificultades más complejas. Cuando el estrés está mal manejado, es difícil establecer prioridades. Todos sus problemas parecen ser iguales y el estrés parece estar en todos lados.

Mito 4. Las técnicas populares para reducir el estrés son las más indicadas.

Nuevamente, no es tan así. No existen técnicas de reducción de estrés que sean eficaces para todo el mundo. Todos somos diferentes, nuestras vidas son diferentes, nuestras situaciones son diferentes y nuestras reacciones son diferentes, por ello los tratamientos deben ser individualizados y adaptados a las necesidades de la persona.

Mito 5. Si no hay síntomas, entonces no hay estrés.

La ausencia de síntomas no significa la ausencia de estrés. De hecho, camuflar los síntomas con medicación puede privarlo de las señales que necesita para reducir la tensión en sus sistemas fisiológico y psicológico.

Mito 6. Los síntomas de estrés más importantes son los únicos que requieren atención sanitaria.

Este mito supone que los síntomas "secundarios", como dolor de cabeza o acidez estomacal, pueden ignorarse con tranquilidad. Los síntomas secundarios de estrés son las primeras advertencias de que su vida se está descontrolando y de que necesita esforzarse más para sobrellevar el estrés.

Si usted se encuentra moderadamente estresado, debes saber que él es estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia pero si nota que está dificultando el desarrollo de tu vida diaria, es recomendable consultar a un especialista.

Fuente: MedlinePlus. Adaptado de The Stress Solution de Lyle H. Miller, Ph.D. y Alma Dell Smith, Ph.D.

Joana Bocobo
Farmacéutica.

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